Juanma Velasco

Un espacio sin cortinas de humo

EL SUEÑO DE LOS CIEN

4 comentarios

Calle cuatro. Donde medran los favoritos.

Busco el acoplamiento posicional idóneo en los tacos de salida.

Nada perturba mi concentración. Nada enturbia mi nirvana de tartán. No siento presión alguna; solos mi ergonomía, yo y mis aspiraciones. Las corvas anguladas con precisión eyectora, las yemas sitas en los lindes de la descalificación, las rodillas expectantes, los hombros tensos, como pianos acabados de afinar, las plantas de los pies como ventosas.

Fijo mi mirada de bisonte inminente cien metros más allá, justo cuando finaliza la estrechez atmosférica de un pasillo imaginario al que solo delimitan las dos líneas horizontales de las calles adyacentes, blancas, muros aislantes de los velocistas de magnitud cinco en la escala de los cuádriceps.  Ellas son mis únicos límites en estos Juegos confusos de Tokio. Simetría a disposición de los suelos y los sueños.

Un silencio oriental, muy propio de mi país, respeta mi liturgia para la consumación de ese delirio olímpico que desde siempre significaron los cien metros lisos en el podio de mis utopías.

–Vamos, Daichi…

Daichi soy yo y la voz exhortativa asoma de la laringe de Naoki, jefe de la brigada de limpieza de la pista de atletismo, que resuena con eufonía en la recta de los cien. El estadio se ofrece vacío recién debutado el sol. Abandono mi posición de velocista frustrado por el sobrepeso y me incorporo con dificultad acompañado de una banda sonora de meniscos crepitantes de cuarenta y nueve años de antigüedad y retomo la aspiradora que descansa en la calle cinco con el objetivo de absorber cualquier impureza de la pista para que lo liso tienda a lo impoluto.

Tenemos que apresurarnos, las clasificatorias comienzan a las diez.

4 pensamientos en “EL SUEÑO DE LOS CIEN

  1. me gustan las historias que no acaban como se espera. Enhorabuena

  2. Pingback: Selección del concurso de relatos #SueñosdeGloria - Zenda

  3. Pingback: Ganador y finalistas del concurso de relatos #SueñosdeGloria - Zenda

Deja un comentario